Los hábitos saludables son prácticas y comportamientos que contribuyen al bienestar físico, mental y emocional, ayudando a prevenir enfermedades y mejorar la calidad de vida. Estos hábitos deben mantenerse de forma constante para generar efectos positivos a largo plazo.
Algunos ejemplos pueden ser:
Alimentación equilibrada: Consumir una dieta variada y equilibrada, evitando excesos de azúcar, sal y grasas.
Ejercicio regular: Realizar al menos 30 minutos de actividad física diaria, como caminar, correr o hacer deportes.
Hidratación adecuada: Beber suficiente agua durante el día (2-3 litros en promedio).
Sueño de calidad: Dormir entre 7 y 9 horas por noche para un buen descanso.